La Finca
Trás la nava grande, emergen dos espléndidos picachos, a uno de ellos se puede acceder a través de una escalinata construida originalmente por los mojes, con olivos en la parte baja de las laderas y un inalterado bosque mediterráneo en las cimas, refugio de jabalíes y ciervos.
Además de la obligada visita a las ruinas del convento, el impresionante entorno es excepcional para la práctica de actividades al aire libre como senderismo, excursiones en todoterreno, observación de fauna y flora, caza mayor y menor y visitas a la granja. La cercanía del pantano del Guadalmellato también ofrece múltiples posibilidades.